¿Por qué todos los jóvenes quieren ser influencers?

Unx de cada tres jóvenes sueña con vivir de la creación de contenido digital.

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Los datos son inequívocos: según el informe Consumir, crear, jugar del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD, el 82,4% de lxs jóvenes reconoce crear contenido propio para compartirlo en alguna de las redes sociales de moda, especialmente en Instagram. Como explica en una publicación para The Conversation el técnico de investigación Alejandro Gómez, “la necesidad de compartir la propia vida en plataformas digitales sociales constituye uno de los fundamentos básicos de la sociabilidad juvenil”. Pero no es solo una cuestión de expresividad. Es también una cuestión de trabajo y dinero.

Creadorx de contenido: el oficio de moda

Porque son muchísimos lxs jóvenes que aspiran a convertirse en influencer. Algunxs a través de Instagram y sus stories. Otrxs gracias a TikTok, una de las redes sociales más candentes. Y otrxs mediante plataformas de vídeo como Youtube o, sobre todo, Twitch. ¿Mucho dinero a cambio de ponerse delante de un móvil o de un ordenador? Suena muy apetitoso. Demasiado como para resistirse, parece. De hecho, y según el mismo informe, “uno de cada tres jóvenes declara que le gustaría dedicarse profesionalmente a la creación”. Cada vez son más personas las que sueñan el mismo sueño. Y obviamente eso complica las cosas.

No siempre es fácil

Al fin y al cabo, no todo el mundo puede ser creadorx de contenido. Y los propios números lo demuestran. En palabras de Gómez, “pese a la gigantesca cantidad de jóvenes que lo intentan, muy pocas personas pueden triunfar: el hecho de que el 7,8% haya intentando ganarse la vida creando contenido durante el último año y haya desistido ejemplifica el gran atractivo que tiene esta profesión y da pistas sobre la frustración y presión a la que están sometidos quienes no consiguen triunfar en un medio en el que solo unos pocos pueden destacar”. Casi 8 de cada 100 personas apostando a tope por ello y abandonándolo rápidamente.

Es muy complicado. Pero sumamente goloso. En buena medida debido a la inestabilidad laboral que afecta a nuestro país desde hace décadas. Como dice este especialista, “en un contexto de incertidumbre sobre el futuro y de elevado paro juvenil, la posibilidad de poder dedicarse profesionalmente a una práctica que está inextricablemente ligada con la vida cotidiana, aunque sea como mero entretenimiento, resuena con mayor fuerza”. Luego viene ponerse manos a la obra y enfrentarse a la realidad: una competencia brutal y unos creadores de contenido mastodónticos que copan todo el mercado. Además, se requiere talento y perseverancia.

El sueño de los jóvenes: ser tiktoker

Sin embargo, la mirada que tienen lxs jóvenes de esta profesión está bastante lejos de la ingenuidad. Sí, sabe que vivir de ser streamer o tiktoker mola mucho, pero no lo ven como algo sencillo: “ganarse la vida como influencer aparece en el imaginario juvenil como un anhelo difícil de alcanzar, pero al que dedican gran parte de sus esfuerzos y energías”. Solo por si acaso. Y no está mal. En realidad, y siempre que se haga desde una perspectiva realista, está bien invertir tiempo en tus sueños. Pero no pongas todos los huevos en una misma cesta. Sobre todo en una que merodea tanta gente. El batacazo podría ser muy doloroso.